Me gustaría ser un genio de la literatura y comenzar escribiendo " quisiera escribir los versos más tristes esta noche...” porque las palabras son la mayor arma para poder describir lo que siento por ti. Te amo. Soy una mujer enamorada de otra mujer, soy una persona perdida cuando no estás a su lado, soy una chica de ojos tristes cuando no siento tu cuerpo a mi lado por las noches, soy una bala pe...rdida en el horizonte cuando no pones freno a mis locuras diarias. Te amo.
Mi mayor crimen en esta vida, es amar a una mujer, muchas personas y en muchas partes del mundo me castigarían y me juzgarían por ello, en mi propio país, aunque podamos casarnos, se le llama hipocresía. Pero a pesar de todo, a pesar de no tener un euro, a pesar de no entrar en los canones estipulados como belleza femenina, a pesar de sufrir precariedad laboral, te amo y te amare siempre.
Tu eres la sonrisa que espero por las mañanas, la caricia que saca mi mal humor, el abrazo cuando estoy desconsolada, el placer infinito cuando estamos en la cama, el sueño cuando duermo, el futuro cuando no veo salida, el consuelo cuando lloro, la lagrima cuando estas triste. Tu eres todo lo que he esperado durante toda mi vida, tu eres ese amor que relataban en las películas y yo decía; " no existe", existe y es lo que siento cuando estoy contigo.
Llevo una coraza de frialdad y de dureza que solamente tú puedes desnudar y destrozar con cuatro palabras y una mirada, haces que tiemble cuando te veo desnuda y haces que me ría cuando pones cada de niña pequeña.
Me has enseñado a sentir y todos los días me muestras lo bello que puede ser el mundo, aunque en mi interior a veces lo vea todo negro y sin salida.
En el fondo me has enseñado a amar y por ello te adoro y te sigo, te respeto y te admiro.
Me has enseñado también ha hacer el amor, a dejarme llevar, y, aunque solo lo haga contigo, me has enseñado a mostrar mi verdadero yo, oculto debajo de mi gran muro de defensa.
Te preguntaras porque te escribo esta carta y porque lo pongo aquí.
Fácil, quiero pedirte perdón, por no demostrarte siempre todo lo que siento, sigo aprendiendo, espero quieras seguir siendo mi maestra.
Quizá esta carta no se asemeje ni medio átomo a lo que realmente lleva mi corazón.
No lo olvides, te amo.
A menudo tengo miedo a no ser lo suficientemente buena para ti, pero intento y lo seguiré intentando, día tras día, noche tras noche, para poder hacerte mí mejor regalo: mi corazón, porque nada más tengo para ofrecerte.
Mi mayor crimen en esta vida, es amar a una mujer, muchas personas y en muchas partes del mundo me castigarían y me juzgarían por ello, en mi propio país, aunque podamos casarnos, se le llama hipocresía. Pero a pesar de todo, a pesar de no tener un euro, a pesar de no entrar en los canones estipulados como belleza femenina, a pesar de sufrir precariedad laboral, te amo y te amare siempre.
Tu eres la sonrisa que espero por las mañanas, la caricia que saca mi mal humor, el abrazo cuando estoy desconsolada, el placer infinito cuando estamos en la cama, el sueño cuando duermo, el futuro cuando no veo salida, el consuelo cuando lloro, la lagrima cuando estas triste. Tu eres todo lo que he esperado durante toda mi vida, tu eres ese amor que relataban en las películas y yo decía; " no existe", existe y es lo que siento cuando estoy contigo.
Llevo una coraza de frialdad y de dureza que solamente tú puedes desnudar y destrozar con cuatro palabras y una mirada, haces que tiemble cuando te veo desnuda y haces que me ría cuando pones cada de niña pequeña.
Me has enseñado a sentir y todos los días me muestras lo bello que puede ser el mundo, aunque en mi interior a veces lo vea todo negro y sin salida.
En el fondo me has enseñado a amar y por ello te adoro y te sigo, te respeto y te admiro.
Me has enseñado también ha hacer el amor, a dejarme llevar, y, aunque solo lo haga contigo, me has enseñado a mostrar mi verdadero yo, oculto debajo de mi gran muro de defensa.
Te preguntaras porque te escribo esta carta y porque lo pongo aquí.
Fácil, quiero pedirte perdón, por no demostrarte siempre todo lo que siento, sigo aprendiendo, espero quieras seguir siendo mi maestra.
Quizá esta carta no se asemeje ni medio átomo a lo que realmente lleva mi corazón.
No lo olvides, te amo.
A menudo tengo miedo a no ser lo suficientemente buena para ti, pero intento y lo seguiré intentando, día tras día, noche tras noche, para poder hacerte mí mejor regalo: mi corazón, porque nada más tengo para ofrecerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario